Desde temprana edad, nuestros hijos necesitan sentirse valiosos, capaces de cuidar, amar y apoyar a quienes los rodean. ¿Cómo podemos fomentar esto? Es simple: otorgándoles responsabilidades.
Pero, calma, no se trata de cargarlos con tareas domésticas intensas ni de tratarlos como adultos. Podemos pedirles que realicen ciertas actividades acordes a su etapa de crecimiento, que contribuyan a su cuidado personal o a la armonía familiar.
Responsabilidades para niños pequeños (2 a 3 años):
- Guardar los juguetes después de usarlos.
- Ordenar libros y revistas.
- Colaborar con la ropa.
- Colocar manteles individuales en la mesa.
- Realizar pequeñas tareas de limpieza.
- Hacer elecciones simples en las comidas.
- Cuidar de su higiene personal.
Responsabilidades para preescolares (4 a 5 años):
- Poner la mesa.
- Ayudar en la preparación de comidas.
- Asistir en la organización de la ropa.
- Ayudar en tareas domésticas seguras.
- Cuidar de su propio espacio y pertenencias.
- Contribuir con las mascotas.
- Comenzar a asumir la responsabilidad de vestirse.
Responsabilidades para niños en edad escolar (6 a 9 años):
- Tareas más complejas en el hogar.
- Ayudar con las labores de jardinería.
- Contribuir en tareas de limpieza más amplias.
- Aprender a manejar su tiempo con un despertador.
Responsabilidades para niños mayores de 10 años:
- Tareas más exigentes y específicas.
- Colaboración con las tareas del hogar de manera más completa y autónoma.
- Asistencia en actividades más demandantes.
Es relevante mencionar que los estudios revelan que los niños que participan en labores domésticas desarrollan habilidades esenciales y valores como la resolución de problemas, la organización, la empatía, entre otros. Paciencia es clave, ya que el aprendizaje requiere de repeticiones para internalizar la responsabilidad.
Fuentes: // Yahoo! Noticias // Imagen de Google // Naran Xadul // Zaltzman Karen (pedagoga) //
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