¿Acaso resulta más complicado retornar a clases tras las vacaciones invernales?
No nos bombardean con anuncios de material escolar ni mochilas. No compartimos ideas de almuerzos ni nos esforzamos por renovar el calzado de nuestros hijos. Sin embargo, el regreso a clases después de las vacaciones de invierno puede presentar desafíos igual o incluso más exigentes que el comienzo del ciclo escolar tras las vacaciones de verano.
Es posible que esta semana hayas experimentado una neblina de fatiga, sobreestimulación y el deseo de volver a la rutina normal, es decir, que los niños regresen a la escuela. Pero para los más pequeños de la casa, este lunes podría resultar bastante complicado.
¿Por qué?
En primer lugar, están agotados. Sí, igual que tú. Las vacaciones de invierno suelen implicar varios días intensos de viajes, visitas de familiares, planes divertidos y juguetes. ¿Rutina? No existe. Las horas de sueño cambian, al igual que los horarios de comida y, muchas veces, el tipo de alimentación al que están acostumbrados.
Todo esto satura el cerebro de nuestros pequeños, al igual que el nuestro, y mientras nosotros anhelamos un poco de paz y silencio, ellos no están tan emocionados de regresar a clases después de estas semanas. Ya no hay la novedad de tener un nuevo maestro o nuevos compañeros; ya están bastante inmersos en la dinámica escolar y el periodo vacacional no es lo suficientemente largo como para que les entusiasme volver a ver a sus amigos.
¿Qué podemos hacer?
Sé paciente con ellos. Dediquen este último fin de semana para reflexionar sobre lo mejor y lo que más disfrutaron de estas vacaciones. Permítanse reconocer que les cuesta volver y aprovechen estos dos últimos días para llevar las cosas con calma en casa, disfruten del último domingo en pijama y vayan a la cama temprano para retomar la rutina el lunes.
Les irá bien.
Y para ti, ¡te deseo que disfrutes del silencio!
Fuentes: // Yahoo! Noticias // Imagen de Google // Naran Xadul // Karina Villarreal //
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