Aquí tienes algunas razones por las que los niños no necesitan ser entrenados para usar el baño y qué enfoque adoptar en su lugar.
En lugar de necesitar un entrenamiento, los niños requieren la presencia atenta, la comunicación y la comprensión de los padres mientras atraviesan el proceso de aprender a usar el baño, un proceso que varía para cada niño.
Janet Lansbury, experta en crianza, comparte tres razones para no hacerlo, así como alternativas para llevar este proceso de manera respetuosa y positiva:
1. Es innecesario
Según Lansbury, no es necesario sumar más tareas a la vida de los padres ni lidiar con el estrés de un entrenamiento estricto, la resistencia de los niños y la frustración por los fallos. En lugar de eso, se puede permitir que el proceso fluya naturalmente sin presionar constantemente a los niños mientras aprenden.
2. Es arriesgado
Lansbury señala que al presionar a los niños con una agenda estricta para el uso del baño, obligándolos la mayor parte del tiempo, pueden resistirse más, lo cual es contraproducente. Esta presión podría incluso causar un retroceso en su desarrollo, incluso si ya están en la edad para dejar los pañales.
Magda Gerber, coach de crianza, identifica tres tipos de señales que indican que los niños podrían estar listos para dejar los pañales y usar el baño:
- Señales físicas: Control de los esfínteres de la vejiga e intestinos.
- Señales cognitivas: Conocimiento sobre cuándo necesitan ir al baño y comprensión del proceso.
- Señales emocionales: Estar listos para dejar atrás una situación cómoda y familiar, como usar el baño cuando lo deseen.
La señal emocional es la más significativa y delicada, ya que un enfoque estricto de entrenamiento podría hacer que los niños retrocedan, reteniendo la orina o las heces y retrasando el proceso de aprendizaje.
3. Los niños merecen este logro
Según Lansbury, los niños de 2 a 3 años tienen pocos logros significativos, y aprender a usar el baño por sí mismos es uno de ellos. Negarles esta oportunidad va en contra de su confianza y capacidad.
Entonces, ¿qué se debe hacer?
- Explicar el proceso de limpieza desde una edad temprana para mantenerlos involucrados en las rutinas diarias.
- Permitir que vean a los adultos usar el baño, proporcionando un modelo a seguir.
- Evitar forzar el uso del orinal, estableciendo límites claros y evitando que se convierta en un juego de poder.
- Observar y respetar las preferencias del niño en cuanto al uso del orinal o un adaptador para el inodoro.
- Permitir que el niño elija entre usar calzoncillos o pañales, respetando su decisión.
- Observar las señales de que necesitan usar el baño y preguntarles con calma si desean hacerlo, aceptando su respuesta sin alterarse.
Lo más importante es confiar en el proceso. Según Magda Gerber, el aprendizaje del uso del baño es un proceso que requiere tiempo y confianza en el niño para que lo logre por sí mismo, sin presiones ni recompensas externas. El respeto se fundamenta en la confianza.
Fuentes: // Yahoo! Noticias // Imagen de Google // Naran Xadul // Ruiz Silvia //
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