Reconozco mi admiración por los dibujos de mi hijo, incluso cuando son simples garabatos, pues siento que podría ser un talento como Picasso en ciernes, ¡jaja! Sin embargo, últimamente he prestado más atención a cada trazo, porque encuentro que a través de ellos puedo comprender sus emociones y pensamientos más profundos.
Los materiales simples como lápices, pinceles, crayones y papel son las herramientas que los niños utilizan para expresar sus alegrías, esperanzas, miedos, puntos de vista e incluso para narrar sus vivencias. Un dibujo puede transmitir un mensaje poderoso, ya sea positivo o negativo, mediante la repetición de elementos como el color, la forma o detalles recurrentes.
Por ejemplo, la representación de personas de gran tamaño puede indicar agresión e hiperactividad, mientras que una figura pequeña podría revelar sentimientos de incompetencia, vergüenza o miedo. La proporción entre la cabeza y el cuerpo puede reflejar el ego del niño, y el tamaño de los ojos podría señalar sensaciones de vigilancia o dependencia.
El trazo en sí mismo, su intensidad y grosor, puede indicar el nivel de energía o tensión del niño. Según un estudio de la Islamic Azad University, Toyserkan Branch, los dibujos también pueden ofrecer insights sobre el desarrollo social, emocional, físico e intelectual del niño.
Es fundamental observar los dibujos en su conjunto para comprender su significado. Por tanto, como padres, es importante aprender a preguntar sobre lo que dibujan nuestros hijos. Este interés no solo fomentará su continua expresión artística, sino que también les ayudará a ser más abiertos sobre sus emociones y pensamientos.
Fuentes: // Yahoo Noticias // Imagen de Google // Naran Xadul // Islamic Azad University // Toyserkan Branch //
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