Crianza: La dificultad de abordar la enseñanza sobre sexualidad y los peligros a los que se enfrentan los jóvenes en línea.

 



"Cuando tu hijo o hija menor termina de cenar, se retira a su habitación, cierra la puerta, se sienta frente a la computadora o al celular, y es como si entrara a una discoteca". Esta comparación hecha por Sebastián Bortnik en una conferencia resalta que navegar en internet o participar en redes sociales es como adentrarse en un lugar lleno de desconocidos, donde la inhibición parece disminuir.

Existe una doble vara al valorar lo físico y lo digital. Lo físico se percibe como real, mientras que lo digital, como virtual (una experiencia aparente y no real). Esta percepción errónea lleva a pensar que los riesgos en línea no son reales, lo cual es un grave error.

Es imposible plantear una educación sexual sana y libre de riesgos sin considerar el uso excesivo o abusivo de las nuevas tecnologías, no solo por parte de los menores, sino también de los adultos que somos modelos a seguir. A menudo, sin ser conscientes, nos sobreexponemos o permitimos la sobreexposición de nuestros hijos en internet (fenómeno conocido como "sharenting").

Si bien los niños y adolescentes actuales son nativos digitales y pueden tener más habilidades tecnológicas que sus padres, carecen de la madurez emocional y la experiencia para protegerse.

La gestión de la privacidad en las redes sociales por parte de los adultos ha cambiado radicalmente. Lo que antes se guardaba en un diario personal ahora se publica sin reparos en internet. ¿Hemos perdido la noción de lo privado y lo público? ¿Olvidamos cómo establecer relaciones íntimas y de confianza? ¿Cómo enseñar a nuestros hijos si no damos el ejemplo?

La sobreexposición en redes sociales puede indicar falta de intimidad emocional y apego seguro en el hogar. Compartir excesivamente la vida íntima en línea dificulta enseñar a los hijos a gestionar su privacidad. Si no se establecen vínculos sólidos en casa, los menores buscarán fuera lo que no encuentran dentro.

Es responsabilidad de los padres proteger la intimidad de sus hijos. Publicar fotos o videos de sus vidas en internet implica perder el control sobre esa información, lo cual puede tener consecuencias a largo plazo, como el uso indebido de ese contenido en la internet oscura.

Los menores, a pesar de mostrar acuerdo, no pueden comprender plenamente las consecuencias de la exposición que hacen sus padres de su intimidad en línea. Es deber de los padres protegerlos.

El consumo constante de contenidos distorsionados sobre la sexualidad en internet está influyendo en la identidad y comportamiento sexual de los menores. Los estereotipos de género, la hipersexualización y el acceso fácil a contenidos pornográficos violentos están impactando a los niños desde edades muy tempranas.

El sexting, el grooming online y otras amenazas se han vuelto habituales. Estas prácticas exponen a los menores a violaciones de privacidad, chantaje, violencia y delitos sexuales. El sexting coercitivo, la pornovenganza, la sextorsión y el ciberbullying causan graves problemas emocionales y de seguridad en los menores.

Es esencial más que solo controlar el acceso o hablar sobre los riesgos de las nuevas tecnologías. Los padres deben educar con el ejemplo sobre la importancia de la privacidad y los límites, tanto en el mundo digital como en el físico. Los menores necesitan orientación, apoyo y supervisión respetuosa en su uso de la tecnología, ya que saber usarla no equivale a saber protegerse.

Fuentes: // Yahoo Noticias // Bing Imágenes //




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