Durante siglos, el oro y la plata eran considerados casi exclusivamente como metales preciosos, cuyos precios se respaldaban en gran medida por una oferta muy reducida y una demanda sostenida, no solo como refugio de valor ante escenarios económicos globales inestables sino de parte de la industria que los utiliza como insumos. Pero de un tiempo a esta parte, con un mundo que cada vez demanda más tecnología, más energía limpia y más conectividad, la plata ya no es solo un metal precioso, pues también se convirtió en un recurso estratégico. En este contexto, su valor ya dejó de depender exclusivamente de los volúmenes que se extraen, sino fundamentalmente de su utilidad, según afirma Joan Cabrero, analista de EcoTrader. Es precisamente a partir del lugar que viene ocupando de un tiempo a esta parte, que la plata, que siempre ocupó un segundo plano con respecto al oro, transita un camino ascendente y empieza a ocupar posiciones más centrales. A diferencia del oro, que se caracteriza por ...