Después del parto, otro desafío en mi camino como madre fue el inicio de la lactancia.
Durante los primeros días, mi bebé tenía dificultades para agarrarse correctamente, lo que resultaba en la irritación y el sangrado de mis pezones.
Esto se debía a que no estábamos adoptando la posición adecuada para amamantar.
Inicialmente, pensé que sería una tarea sencilla, pero resultó ser todo lo contrario. Fue la pediatra de mi hijo quien me brindó apoyo durante este período, enseñándome las posturas correctas. Una vez que logramos establecer una posición cómoda tanto para mi bebé como para mí, el dolor y las molestias desaparecieron por completo.
Dado que no deseo que nadie más pase por esas dificultades, a continuación compartiré las posturas recomendadas para la lactancia, según la Liga de la Leche Internacional, una organización respaldada por las Naciones Unidas (ONU).
Postura de cuna:
Siéntate en un sillón o silla cómoda que tenga apoyabrazos. Coloca a tu bebé en tu regazo de manera que su rostro, estómago y piernas queden frente a ti.
Para mayor comodidad, puedes colocar su brazo inferior debajo del tuyo (cerca de tu axila). Es crucial sostener la cabeza del bebé en la curva de tu brazo, mientras que con el antebrazo sostienes su cuello, espalda y trasero.
Postura de cuna cruzada:
Coloca a tu bebé de lado, pero asegúrate de apoyar su cabeza en una almohada para que quede alineada con tu pezón.
Sostén la cabeza de tu bebé con una mano (apoyando los dedos pulgar e índice detrás de sus orejas y cuello, mientras tu palma brinda soporte a sus omóplatos) y con la otra mano sostén tu seno.
Coloca cojines o almohadas para brindar soporte adicional al cuerpo de tu bebé.
Postura acostada de lado:
Esta postura es especialmente cómoda durante la noche. Acuéstate de lado junto a tu bebé, asegurándote de que esté alineado con tu pezón y coloca una almohada detrás de tu espalda.
Puedes colocar un cojín detrás de ti para mayor comodidad. Sostén a tu bebé con tu brazo.
Para retirar tu pecho de la boca de tu bebé, simplemente coloca un dedo entre su boca y la areola para detener la succión y evitar tirones.
Al principio puede ser complicado encontrar la postura adecuada, pero una vez que encuentran su ritmo, todo fluye maravillosamente y se fortalece el vínculo entre madre e hijo.
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Fuentes: // Yahoo Noticias // Imagen de Google // Naran Xadul // Leche League International //
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