El agotamiento, la sequedad en la piel y la debilidad capilar pueden indicar una carencia de yodo. Este mineral es crucial para las hormonas tiroideas, y dado que el cuerpo no lo produce, es esencial obtenerlo de la dieta diaria. Aunque se piensa comúnmente que el yodo se obtiene al estar cerca del mar, la ubicación geográfica no es la única variable; la sal enriquecida y alimentos marinos son fuentes clave.
Aproximadamente el 40% de la población mundial se considera en riesgo de deficiencia de yodo, según la Sociedad Americana de la Tiroides. La médica Rossana De Jongh Delgado destaca que las hormonas tiroideas contienen yodo, y la falta de este mineral puede afectar su función. Aunque la sal de mesa suele enriquecerse con yodo, la deficiencia puede manifestarse, y en casos graves, puede conducir a problemas de la tiroides como el hipotiroidismo.
La deficiencia de yodo se detecta más comúnmente en poblaciones que en individuos, y se asocia con el agrandamiento de la tiroides (bocio) y el hipotiroidismo. Además, puede tener implicaciones en embarazos, partos prematuros y anomalías congénitas. Los signos clínicos del hipotiroidismo incluyen fatiga inexplicada, ganancia de peso, digestión lenta, sensibilidad al frío, piel seca y debilitamiento del cabello.
Para prevenir la deficiencia de yodo, se sugiere incluir sal yodada en la dieta y consumir pescado y mariscos regularmente. Aunque la suplementación es posible, debe hacerse con precaución y bajo la supervisión médica, ya que un exceso de yodo también puede tener consecuencias negativas. Este artículo proporciona información educativa y general, no sustituye el asesoramiento médico profesional y no debe utilizarse como base para tratamientos sin supervisión médica.
Fuentes: // Yahoo Noticias // Imagen de Google // Adriana Terán //
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