Crianza: La causa de la abundancia de niños que experimentan aburrimiento, impaciencia y carecen de amistades genuinas.

 



Hace poco vi un experimento en video en el que se preguntaba a tres generaciones diferentes cuáles eran las actividades más divertidas de su infancia. Para los abuelos, era recolectar frutas, pasar tiempo en la naturaleza y jugar en la tierra. Para los padres, era jugar con amigos en la calle y disfrutar de la compañía de otros niños, al igual que mi experiencia de niña, que incluía andar en bicicleta, correr en el jardín de mis abuelos y excursiones de fin de semana con mis primos. Sin embargo, para las nuevas generaciones, las actividades más divertidas parecen limitarse a ver videos y jugar videojuegos, sin mencionar actividades al aire libre o pasar tiempo con otros niños en persona.

Estas respuestas me hicieron reflexionar sobre si los niños de hoy en día se están divirtiendo únicamente frente a pantallas, y si esto es realmente beneficioso. Las madres con hijos menores de 5 años pueden decir que no es así, pero aquellas con hijos que se acercan a la adolescencia saben que la preferencia por los dispositivos electrónicos es cada vez más evidente.

En cierta forma, estamos desconectando a nuestros hijos de las experiencias reales mientras los dejamos "conectarse" en un mundo virtual. Muchos estudios, expertos y pedagogos han insistido en que esta no es la mejor manera de desarrollar las mentes de los niños, ya que no es natural.

Estamos criando una generación de niños que pueden carecer de habilidades emocionales, habilidades sociales, resiliencia y la capacidad de esperar. Esto se debe a varios factores, como el uso de la tecnología como niñera sin considerar las consecuencias, la falta de enseñanza de la paciencia y la gratificación retrasada, y la renuencia a enseñar a los niños a hacer cosas por sí mismos, incluso las que no les gustan. Además, buscamos constantemente entretenerlos en lugar de permitirles aburrirse, lo cual es importante para el desarrollo.

También limitamos sus oportunidades para interactuar con otros niños fuera de la escuela, ya que la tecnología a menudo se interpone en nuestras relaciones familiares. Esto afecta sus habilidades sociales, que son cruciales para su futuro.

La buena noticia es que el cerebro es adaptable y se puede reentrenar. Debemos dejar de sentirnos culpables y ser más creativos en nuestra crianza. Esto implica reducir el tiempo de pantalla, enseñar la importancia de la paciencia y la gratificación retrasada, involucrar a los niños en las actividades domésticas, pasar más tiempo al aire libre y enseñarles habilidades sociales y emocionales. Al mostrarles que las emociones son parte natural de la vida, estamos ayudando a criar niños fuertes y preparados para enfrentar el mundo.


Fuentes: // Yahoo noticias // Google imágenes // Naranxadul //




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